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Kaola Baird with teammates at the Dragon Boat Race Festival

Un Programa en Canadá abre brecha para apoyar a personas en crisis de salud mental

Respuesta comunitaria de apoyo, en lugar de policía

Kaola Baird con sus compañeros de equipo en el Festival de la Regata del Dragón en septiembre de 2021. © 2021 Samer Muscati/Human Rights Watch

Kaola Baird experimentó intensos sentimientos de depresión y tristeza. Empezó a percatarse que se sentía agotada con poca energía y falta de motivación. Dejó de involucrarse plenamente en la vida. Su experiencia no es única. Una de cada cuatro personas en el mundo experimenta una crisis de salud mental en algún momento de su vida. La mayoría no recibe el apoyo que necesita para recuperarse.

En lugar de recibir servicios comunitarios para sus requerimientos de salud mental, muchas personas en Canadá se enfrentan a fuerzas del orden y a otros enfoques que no siempre son apropiados, como los “controles de bienestar” de la policía. Según datos de la Real Policía Montada de Canadá, la policía responde cada año a un promedio de 2,8 millones de llamadas relacionadas con la salud mental.

Kaola Baird con su gato en el balcón de su apartamento de Toronto. "Tuve la suerte, cuando estaba en mi punto más bajo, de tener un lugar al que acudir para obtener la ayuda y el apoyo que necesitaba", dijo. "Hay mucho que decir a favor de no querer ser visto solo como tu crisis, porque después de todo, debajo sigue habiendo una persona". © 2021 Samer Muscati/Human Rights Watch

Afortunadamente, Baird buscó apoyo inmediato y recibió servicios de apoyo en salud mental cálidos, empáticos y respetuosos que no involucraban a la policía. Pudo continuar con su trabajo en Toronto como instructora de fitness y profesora de yoga que apoya a otras personas en su camino de recuperación hacia la salud mental. 

“Estos sentimientos de tristeza se habían vuelto crónicos y un día un médico de familia me recomendó que acudiera al Centro de Crisis Gerstein”, dijo a Human Rights Watch. “El Gerstein me proporcionó un espacio seguro para dejarme ir. La crisis inmediata no desapareció de un día para otro, pero estar allí me proporcionó un espacio para empezar a ver las cosas con más claridad, lo que me permitió tomar mejores decisiones y eso fue un paso importante”.

El Centro de Crisis Gerstein lleva más de 30 años ofreciendo a las comunidades de Toronto servicios para atención a crisis seguros, humanos y basados en la equidad. En los años 80, Toronto comenzó a desinstitucionalizar los servicios de salud mental. Sin embargo, no había muchos servicios comunitarios disponibles para la gente y la única respuesta a las crisis de salud mental y el apoyo correspondiente implicaba acudir a los hospitales. Los fundadores del Centro querían crear un enfoque a las crisis de salud mental que también diera cuenta de los problemas sociales que subyacen a estas cuestiones, para ofrecer una perspectiva alternativa, accesible y humanista al que las personas pudieran recurrir cuando tuvieran una crisis.

“Podemos derivar a las personas a servicios médicos y de otro tipo, pero lo primero que hacemos es proporcionar apoyo y alivio inmediatos”, señaló Elaine Amsterdam, directora de servicios de crisis del Centro de Crisis Gerstein.

La respuesta común

Las personas con condiciones de salud mental (o discapacidades psicosociales) en todo el mundo se enfrentan al estigma, los prejuicios y a las barreras actitudinales. Una enorme barrera es la creencia de que son incapaces de decidir lo que es mejor para ellas en una situación determinada y que incluso es peligroso que lo hagan. Pero como puede ocurrirle a cualquier otra persona, las personas con condiciones de salud mental pueden encontrarse en una crisis. Y cuando lo hacen, necesitan una respuesta consistente con sus derechos que reconozca su capacidad de decisión y su dignidad y les permita dirigir la forma en que quieren manejar su crisis.

Enviar a la policía como primeros respondientes a las crisis de salud mental puede ser problemático de varias maneras. Ha habido muchos casos en los que las personas han resultado gravemente heridas o incluso han muerto como consecuencia de un “control de bienestar” policial que ha salido mal. Entre abril y junio de 2020, seis personas con condiciones de salud mental murieron en Canadá cuando la policía respondió a una crisis de salud mental. Estos incidentes suelen ocurrir cuando una persona preocupada llama al 911 en busca de ayuda para alguien que está experimentando una crisis de salud mental. 

“Cuando la gente tiene una emergencia de salud física, su primera opción para satisfacer sus necesidades es acudir a un proveedor de servicios médicos; no a la policía. Con la salud mental debería ocurrir lo mismo”, dijo Elaine Amsterdam, directora de servicios de crisis del Centro de Crisis Gerstein. © 2021 Samer Muscati/Human Rights Watch

Las personas expertas del Centro de Crisis Gerstein hicieron notar que llamar a la policía no debería ser un punto de partida para el servicio de salud mental. “La atención a la salud mental es probablemente el único servicio sanitario al que se accede llamando a la policía”, señaló Amsterdam. “Que la policía acuda al lugar de los hechos puede ser tranquilizador para algunas personas, pero para la mayoría es aterrador y repercute negativamente en cómo se sienten. Cuando la gente tiene una emergencia de salud física, su primera parada para satisfacer sus necesidades es acudir a un proveedor de atención médica, no a la policía. Con la salud mental debería ocurrir lo mismo”.

Cuando alguien experimenta angustia emocional, desorientación u otras formas de crisis de salud mental, su estado emocional puede deteriorarse cuando se enfrenta a la policía. Esto es especialmente cierto si la policía da órdenes que no pueden ser entendidas ni seguidas.

“Si has sido marginado o si vienes de comunidades racializadas, lo más probable es que estés sobrerrepresentado en el sistema de justicia penal, por lo que la policía puede provocar una situación y escalarla sin intención a veces”, dijo Amsterdam.

Una mejor aproximación

La respuesta correcta a una llamada de ayuda de una persona con condiciones de salud mental es mostrar una actitud que no juzgue, que proporcione a las personas en tensión emocional un lugar donde quedarse, dándoles la oportunidad de tomar un baño y alimentarse, creando condiciones que permitan a la persona iniciar el proceso de recuperación, explicó Amsterdam.

“Debemos darle la vuelta a nuestro sistema tal y como existe ahora, para pasar de una especie de posición en la que la policía responde en automático a las crisis de salud mental, a la construcción de un sistema que permita a las personas acceder al apoyo de salud mental cuando y donde lo necesiten”, dijo Susan Davis, directora ejecutiva del Centro Gerstein.

“Debemos darle la vuelta a nuestro sistema tal y como existe ahora, para pasar de una especie de posición en la que la respuesta estándar es que la policía la policía atiende las crisis de salud mental, a la construcción de un sistema que permita a las personas acceder al apoyo de salud mental cuando y donde lo necesiten”, dijo Susan Davis, directora ejecutiva del Centro Gerstein. © 2021 Samer Muscati/Human Rights Watch

Los funcionarios públicos, las organizaciones de la sociedad civil y los grupos comunitarios son cada vez más conscientes de la necesidad de contar con estrategias alternativas de respuesta de emergencia para las personas que tienen tensiones emocionales agudas y crisis de salud mental. La ciudad de Toronto, por ejemplo, lanzará un programa piloto para sustituir el uso de controles de bienestar por parte de la policía y desarrollar nuevas respuestas. El programa comenzará en enero en el noreste y noroeste de la ciudad, con el objetivo de ampliarlo a mediados de 2022. El objetivo del programa es organizar equipos de personal de salud mental, especialistas en la reducción de daños, personas formadas en técnicas de desescalamiento y personas que hayan vivido experiencias similares para responder a las llamadas de crisis de salud mental en lugar de la policía.

“Responder con humanidad, de manera eficaz y sin arriesgarse a sufrir más traumas implica tener conciencia de lo que podría disparar un escalamiento que hay que evitar, y al mismo tiempo tomarse el tiempo necesario para escuchar a las personas y comprender sus necesidades inmediatas y básicas que pueden no haber sido satisfechas”, dijo Darna Savariau-Daley, trabajadora de intervención del Centro de Crisis Gerstein. La policía representa una figura de autoridad, pero lo que la gente necesita cuando se siente vulnerable o bajo estrés es la oportunidad de ser escuchada y empoderada, añadió Savariau-Daley.

“El primer paso hacia la recuperación de la salud mental debe ser recuperar el control sobre tus propios mecanismos de afrontamiento sin forzar nada. En el (centro) Gerstein, hacemos un importante ejercicio de escucha. Porque aunque la gente tenga una crisis, es la que mejor sabe cuál es su situación”.

El punto de partida de cualquier respuesta respetuosa con los derechos humanos a una crisis de salud mental, tal y como se recoge en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, es considerar la voluntad y las preferencias de la persona afectada. La mayoría de las crisis de salud mental no implican un acontecimiento violento ni un peligro para la seguridad pública.

Darna Savariau-Daley, trabajadora de intervención del Centro de Crisis Gerstein de Toronto. “El primer paso hacia la recuperación de la salud mental debe ser recuperar el control sobre tus propios mecanismos de afrontamiento sin forzar nada", dijo. "Aunque la gente tenga una crisis, es la que mejor sabe cuál es su situación”. © 2021 Samer Muscati/Human Rights Watch

Respeto y autonomía

El planteamiento general del Centro de Crisis Gerstein consiste en brindarles a las personas la oportunidad de utilizar sus propias fuerzas y recursos, así como ponerlas en contacto con los recursos necesarios para ayudarles en su recuperación.

“Las personas deberían tener la oportunidad de definir su propia crisis y conservar el control de sus propias historias”, dijo Davis. “Nuestro papel es proporcionarles apoyo para que lo hagan. Nuestra filosofía incluye dejar que las personas sean dueñas de su cuidado de salud. Solo hemos pedido la intervención de las fuerzas policiales en casos excepcionales para asegurarnos de que ninguna persona permanezca en una situación insegura”.

Las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dentro de su Iniciativa Calidad y Derechos, afirman que la recuperación no consiste en eliminar los síntomas o en “curar” la condición de una persona. Se trata más bien de un viaje personal hacia el bienestar que no implica necesariamente la eliminación de los síntomas o el dolor, sino la oportunidad de reconfigurar la historia propia. Obligar a las personas a hacer cosas que no quieren hacer puede desencadenar más traumas.

Desde el inicio, el Centro de Crisis Gerstein trató de involucrar en sus equipos vida personas con experiencia personal, incluyendo al menos el 30% de los miembros actuales Consejo Directivo”, dijo Davis.

“Muy a menudo, a las personas que han experimentado una crisis de salud mental, lo primero que quieren hacer es ofrecerles medicación, en vez de mirar a la recuperación como algo más holístico”, señaló Michael Creek, antiguo miembro del Consejo Directivo del Centro de Crisis Gerstein, que también estuvo en condición de indigencia. “Creo que ahí es donde el (centro) Gerstein logra no solo el enfoque holístico de la salud mental, sino el enfoque holístico de humanizar lo que la gente está experimentando realmente”.

Un sistema que funciona

El Centro de Crisis Gerstein ofrece líneas telefónicas de crisis de 24 horas, equipos móviles de crisis, seguimiento de crisis y camas de crisis para estancias de corta duración. En 2020, atendió más de 42.000 llamadas telefónicas y, según Davis, con más recursos podrían haber atendido el doble.

Nicki Casseres, coordinadora de formación y educación comunitaria del Centro de Crisis Gerstein. "Hay muchas oportunidades para no llegar al punto en el que alguien esté en una posición tan desesperada que sienta que lo única opción es llamar al 911". © 2021 Samer Muscati/Human Rights Watch

Los equipos de apoyo en crisis incluyen profesionales cualificados y experimentados con una variedad de experiencias profesionales y personales que se reúnen en un entorno informal con las personas que llaman en busca de ayuda. Para reducir el estigma y minimizar los desequilibrios de poder que crean temor, el personal de Gerstein no lleva uniforme y conduce un vehículo privado sin distintivos. En opinión del Centro de Crisis Gerstein, la agresividad policial en algunas comunidades ha erosionado la confianza y no ayuda a que la persona en crisis recupere el control por sí misma ni empiece a ver opciones y oportunidades para adoptar una perspectiva más positiva.

“No intervenimos si la persona no quiere”, explicó Savariau-Daley. “Todo se hace de forma voluntaria. Primero nos ponemos en contacto con la persona por teléfono, y luego, si es necesario, podemos desplegar en persona equipos móviles vestidos de manera informal, sin uniformes, y con vehículos civiles, sin ambulancias ni coches patrulla. Visto desde fuera, nadie podría decir que se trata de un equipo de crisis de salud mental”.

“Este trabajo implica una escucha activa, tomarse el tiempo necesario para prestar realmente escuchar a la persona y cuáles son los problemas a los que se enfrenta en ese momento concreto. Nos tomamos nuestro tiempo al teléfono. También podemos ofrecer un seguimiento o un refugio temporal, y pueden acudir periódicamente a nosotros si necesitan ayuda de nuevo. Depende de ellos”.

Kaola Baird (segunda a la izquierda) con sus compañeros de equipo en el Festival de la Regata del Dragón en septiembre de 2021. © 2021 Samer Muscati/Human Rights Watch

A pesar de que el Centro Gerstein es primordialmente un servicio de respuesta a crisis de salud mental, su personal también ha ido creando redes de apoyo que ofrecen otros servicios comunitarios. Uno de los programas de recuperación, FRESH (Finding Recovery Through Exercise Skills and Hope, por sus siglas en inglés), utiliza un modelo dirigido por pares para ayudar a las personas a ser activas, fortalecer su comunidad y sus conexiones sociales, desarrollar nuevas destrezas y conocimientos, y divertirse.

Otro programa se llama WRAP (Wellness Recovery Action Plan, por sus siglas en inglés). Aprovechando la experiencia pasada de las personas que han tenido crisis de salud mental y la programación basada en hechos, el personal ha organizado un grupo de bienestar de ocho semanas enfocado en encontrar estrategias para ayudar a las personas a seguir bien. 

Hablando desde la experiencia

Como describió Baird: “A veces, cuando pasas por una crisis, pierdes el sentido de quién eres porque todo se reduce a esto que te está pasando. Tuve la suerte, cuando estaba en mi punto más bajo, de tener un lugar al que acudir para obtener la ayuda y el apoyo que necesitaba”.

“En el (centro) Gerstein sigues teniendo tu independencia y tu sentido de la privacidad, pero hay una calidez y una confianza y una normalización de lo que te está pasando. Eso te permite tomar mejores decisiones. No te sientes como un cliente o un número, ni como si te estuvieran procesando”, Baird dijo. “Creo que hay mucho que decir a favor de no querer ser visto solo como tu crisis, porque después de todo, debajo sigue habiendo una persona”.

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