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Me llamo Bryan Russell Mujica, soy originario de Perú y tengo síndrome de Down. Vengo a compartir con las mexicanas y los mexicanos mi experiencia en el mundo de la política.  Inicié mi carrera en 2018. Mi interés principal era promover la educación inclusiva. El sistema educativo en Perú y, en general en América Latina, excluye a las personas con discapacidad intelectual. Somos pocos los que tenemos la oportunidad de ejercer nuestro derecho a la educación.

Por eso es que me vinculé con movimientos políticos de mi país que también impulsaban esa idea, por ejemplo, con el candidato a alcalde de Miraflores, un municipio en Lima. Me relacioné con el candidato y promoví su campaña y yo quedé a cargo del área de educación inclusiva. Así es como empecé mi carrera política.

Además de la educación inclusiva, también me interesaba impulsar un sistema de cuotas para la inclusión de personas con discapacidad en los partidos políticos. El objetivo principal de estas acciones era promover la inclusión social y el desarrollo educativo para que las personas con discapacidad participen en el desarrollo social en el que están. Queríamos un municipio inclusivo.  

Conocí al Presidente del partido político Perú Nación: Francisco Diez Canseco y al secretario del partido Carlos Manuel Ponce. Ese Partido me incluyó en la lista de regidores.

La gente se preguntaba si era posible que un chico con mi condición, es decir con síndrome de Down, fuese electo para postularse a un cargo público electoral. En el camino les fui demostrado que tenía criterio propio, que no era alguien para ser utilizado. Durante los 56 días que duró esta campaña, de intenso trabajo diario por muchas horas, se fue haciendo claro que era posible participar en política. Lo que se necesita es tener oportunidades y esas las pueden generar los partidos políticos.

El día de las elecciones por la tarde me enteré que ganó nuestro contrincante. Fue muy doloroso,  pucha lo sentí terrible, pero eso no me detuvo porque tenía en mente concretar mi proyecto de inclusión dentro de la educación  para personas con discapacidad a nivel nacional, por eso me postulé como congresista en el año 2020.

En política se gana o se pierde, puede uno estar favorecido por el voto popular o no, pero todas y todos tenemos el derecho de participar en iguales condiciones que las demás personas, y los partidos políticos tienen una gran responsabilidad para que eso ocurra.   La discapacidad no puede ser pretexto para que no se nos incluya en procesos políticos. También necesitamos estar representados. La democracia no es posible si no admite la diversidad de todas las voces, y la voz de las personas con discapacidad intelectual también tiene que estar presente en la toma de decisiones colectivas.

Existen muchos prejuicios que impiden que las personas con discapacidad nos convirtamos en sujetos con plenos derechos, muchos países incluso prohíben que las personas con discapacidad votemos, como ocurría hasta hace poco en Perú. Felizmente en México eso no es así, sin embargo, no sólo se debe promover el derecho al voto sino también el derecho a ser votado, a participar en las decisiones colectivas como agentes de cambio.

Yo me he postulado ya dos veces al Congreso de mi país, la primera vez como candidato de Perú Nación y posteriormente por el Partido Victoria Nacional. En ambas oportunidades obtuve una cantidad considerable de votos, 14000 con Perú Nación. Mi actividad haciendo campaña en las calles y directamente con la gente tuvo muy buenos resultados, sin embargo, Perú Nación no alcanzó la valla electoral requerida para tener representación en el Congreso, pero una cosa quedó clara, la gente votó por mi copiosamente y se interesó por mi propuesta en cuatro ejes, educación para todas y todos, más empleo para personas con discapacidad, el adecuado cumplimiento de la ley general de discapacidad del Perú  y la política de cero tolerancia hacia la corrupción.

Pude participar porque los partidos que me postularon me ayudaron en mi formación política, me proveyeron de una identidad política, un ambiente cálido que me permitió forjar un carácter y darme autoconfianza, arraigo político y alcance. Estimo que los distintos países, entre ellos México, tendrían que hacer suyas estás características y abrirse a la diversidad de militantes y de activistas, dándoles una base y un cauce para la participación.

Muchas gracias.

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