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 Manifestantes celebran su victoria tras escuchar una sentencia durante una manifestación que exige la abolición de la ley del aborto, frente al Tribunal Constitucional en Seúl, Corea del Sur, el 11 de abril de 2019. © 2019 AP Photo/Lee Jin-man © 2019 AP Photo/Lee Jin-man

El aborto fue despenalizado en Corea del Sur por orden judicial en 2021, y millones de mujeres respiraron aliviadas.

En abril de 2019, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur había dictaminado que convertir el aborto en un delito penal era inconstitucional y ordenó al poder legislativo que revisara las leyes para finales de 2020. Los jueces dijeron que las mujeres y las niñas deberían tener de plazo hasta 22 semanas de embarazo para tener “tiempo suficiente para tomar y llevar a cabo una decisión holística”.

Antes de la decisión, el aborto era ilegal desde 1953. Las embarazadas que se sometían a un aborto se arriesgaban a una pena de prisión de hasta un año, o a una multa de hasta 2 millones de wones (1.850 dólares). El personal sanitario que practicaba abortos se enfrentaba a penas de hasta dos años de prisión. Las únicas excepciones a la prohibición eran los casos de violación o incesto, los embarazos que pudieran poner en peligro la salud de la mujer, o las situaciones en las que la mujer o su cónyuge padecieran determinadas enfermedades hereditarias o transmisibles. Las mujeres casadas necesitaban el permiso de su cónyuge para someterse al procedimiento.

Las leyes rara vez se aplicaban, y en la práctica los abortos estaban ampliamente disponibles. Pero las leyes crearon un sentimiento de miedo y estigma en torno al aborto. Impedían que los profesionales sanitarios y sus pacientes hablaran abiertamente de sus experiencias, compartieran información y se apoyaran mutuamente.

El caso que impulsó al tribunal a actuar formaba parte de un esfuerzo de años de una amplia coalición que incluía a feministas, proveedores de atención sanitaria, defensores de los derechos de las personas con discapacidad, abogados, activistas juveniles y grupos religiosos. El grupo buscó y obtuvo un amplio apoyo para la reforma, en forma de escritos de amicus (amigo del tribunal) que apoyaban el caso, incluido uno de un ministerio del gobierno. Human Rights Watch también intervino.

Pero no todo ha sido un camino de rosas desde la sentencia. En 2020, el gobierno propuso una legislación que habría reformado parcialmente la ley, pero la Asamblea Nacional no actuó. El 1 de enero de 2021, en virtud de la orden judicial, el aborto quedó oficialmente despenalizado. Aun así, la situación es confusa, ya que hay poca claridad sobre cómo, cuándo y dónde se puede obtener un aborto.

Hay que hacer más. El gobierno debe apoyar las leyes y adoptar políticas que garanticen el acceso al aborto, emitir orientaciones para los profesionales de la salud y proporcionar información sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos, incluido el aborto, al público.

El nuevo concepto de Corea del Sur hacia el derecho al aborto es un testimonio de los numerosos activistas que presionaron por el cambio durante muchos años.

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