Según se informa, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) darán la bienvenida al presidente sirio Bashar al-Assad, un líder creíblemente implicado en terribles atrocidades, en la COP28, la conferencia mundial sobre el clima de las Naciones Unidas, mientras que la sociedad civil y los defensores de los derechos humanos quedarán completamente excluidos.
Si Assad asiste, sería su primera aparición en una conferencia global desde antes del estallido de la guerra en Siria en 2011.
Los Emiratos Árabes Unidos, que han mostrado un escaso liderazgo en cuestiones centrales en la COP28, como la eliminación gradual de los combustibles fósiles y detener la nueva expansión del petróleo y el gas, ahora parecen dispuestos a ayudar a Assad a pulir su reputación, a pesar de haber supervisado crímenes contra la humanidad contra su propio pueblo. Si Assad viaja a Dubai, será su tercera visita al país desde 2022. El gobierno de los Emiratos Árabes Unidos no ha emitido ninguna declaración pública durante ninguna de sus visitas sobre los crímenes cometidos bajo su gobierno.
El gobierno sirio ha cometido crímenes graves a gran escala y ha forzado el desplazamiento de millones de personas. El gobierno continúa utilizando la ayuda humanitaria como arma y desviándola de las poblaciones que se oponen al gobierno de Assad. Los crímenes de guerra continúan: en noviembre de 2022, las fuerzas del gobierno sirio lanzaron municiones de racimo prohibidas en campamentos para desplazados internos en el noroeste de Siria.
Mientras tanto, los países árabes, encabezados por los Emiratos Árabes Unidos, se han apresurado a normalizar los vínculos con el gobierno de Assad sin exigir que rindan cuentas por los graves abusos cometidos en los últimos 12 años. La Liga Árabe readmitió a Siria el 7 de mayo de 2023, después de suspenderla en 2011 y aparentemente no exigió que Siria respetara los derechos humanos de su población.
Si bien Assad será bienvenido, no está claro si los miembros independientes de la sociedad civil emiratí podrán participar significativamente en las conversaciones sobre el clima de la conferencia COP28, dada la severa represión y el cierre total del espacio cívico en el país. Desde 2011, las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos han orquestado un ataque sostenido contra la libertad de expresión y asociación, arrestando y encarcelando a decenas de críticos y activistas del gobierno, incluido Ahmed Mansoor, un destacado defensor de los derechos humanos de EAU.
Es más, los Emiratos Árabes Unidos designaron al Sultán Ahmed Al Jaber, director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi (ADNOC), la principal empresa de combustibles fósiles del gobierno, como presidente de la COP28. Mantendrá su papel en ADNOC mientras se desempeña como presidente de la COP. ADNOC anunció recientemente que estaba ampliando todos los aspectos de sus operaciones de combustibles fósiles.
Es indignante que una conferencia destinada a estimular una acción climática ambiciosa esté siendo aprovechada para que el gobierno de Assad regrese al redil internacional, sin ningún intento de garantizar la rendición de cuentas por sus abusos generalizados. Los gobiernos que asistan a la COP28 deberían garantizar que los graves crímenes cometidos bajo el gobierno de Assad sean investigados y procesados.
