Ayer destaqué el Debate General de esta semana en la ONU en Nueva York, donde más de 140 líderes hablarán sobre sus prioridades, y les pedí que me dieran las suyas.
Hemos recibido un montón de respuestas de lectores de diversas partes del mundo, diciendo qué cuestiones de derechos humanos pondrían -y a veces, no pondrían- a la cabeza de sus prioridades. A continuación destacaré algunas de ellas.
Sin duda, abordar la crisis climática recibió el mayor apoyo general. Algunos encabezaron su lista en las redes sociales, señalando acertadamente nuestra necesidad de un planeta habitable, mientras que otros me enviaron un correo electrónico para añadir algunos detalles o un contexto más amplio.
Mary Robertson, del Reino Unido, por ejemplo, explicó la importancia de "garantizar que las reparaciones climáticas/el alivio de la deuda se materialicen para el Sur Global con carácter de urgencia, con la sociedad civil decidiendo cómo debe gastarse el dinero".
Curiosamente, también un par de personas se pusieron en contacto para decir que, aunque la crisis climática es sin duda una preocupación mundial de primer orden, se preguntaban si era realmente una cuestión de derechos humanos. Uno de ellos se preguntaba si no sería mejor que lo abordaran los grupos ecologistas en lugar de los de derechos humanos.
Sin embargo, para mí, como ya he escrito en este boletín, es en gran medida una preocupación de derechos humanos, porque abordar la crisis climática no consiste en salvar el planeta, sino en salvar a las personas.
Los efectos mortales del cambio climático incluyen tormentas y sequías más severas, y ciudades costeras que se enfrentan a la subida del nivel del mar. Las personas, especialmente las más vulnerables, corren el riesgo de perder (o ya han perdido) sus hogares, sus medios de subsistencia, su acceso a la sanidad y la educación... Recordemos el ejemplo de Gardi Sugdub en Panamá.
Todas estas son cuestiones de derechos humanos, y los gobiernos tienen la obligación de defenderlos. Por tanto, deben abordar no sólo las consecuencias del cambio climático, sino también sus causas profundas.
En cuanto a qué tipo de organizaciones no gubernamentales deberían trabajar en la crisis climática, yo diría que hay sitio para todas, cada una abordando la cuestión desde su propio ángulo. Retomando el lenguaje de mis tiempos de marinero, se trata de una situación en la que "todos a bordo".
Pero estoy divagando, porque el cambio climático no fue ni mucho menos el único tema mencionado por los lectores del boletín tras la edición de ayer.
Varios lectores plantearon la necesidad de abordar la desigualdad. De hecho, las diferencias de poder tienden a dar lugar a abusos de los derechos humanos, por lo que es un punto crítico.
Varias personas destacaron la superpoblación como un problema fundamental, afirmando que era una razón más para defender enérgicamente los derechos de la mujer en todo el mundo.
La educación también apareció en muchas respuestas, como elemento central para un futuro justo y equitativo.
También se mencionó la lucha contra la corrupción. Y sí, la corrupción también puede ser un problema de derechos humanos, porque los recursos públicos que se pierden a manos de políticos ladrones no se gastan en cosas como la educación y la sanidad, que forman parte de las obligaciones de derechos de un gobierno.
Otros hicieron hincapié en la necesidad de que los líderes mundiales promuevan la democracia en todo el mundo.
En cuanto a las preocupaciones de los lectores por países, incluyen: La invasión rusa de Ucrania y el temor a lo que vendrá después, las atrocidades en Etiopía, los problemas de Pakistán y los niños de la calle en Sri Lanka y otros lugares.
Las respuestas siguen llegando, así que no dejes de enviarme tus ideas.
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