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Rusia y China no deben integrar el Consejo de Derechos Humanos

Cuba y Burundi tampoco cumplen con los criterios para ser miembros del máximo órgano de derechos humanos en la ONU

Los delegados se sientan en la inauguración del 41º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, en la sede europea de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, el 24 de junio de 2019. © 2019 Magali Girardin/Keystone via AP

(Nueva York) - Durante la votación que tendrá lugar en la Asamblea General el 10 de octubre de 2023, los países miembros de las Naciones Unidas deberían negarle a Rusia y China un asiento en el Consejo de Derechos Humanos, señaló hoy Human Rights Watch. Las autoridades de ambos países han sido responsables de numerosos crímenes de lesa humanidad, así como de otras graves violaciones de derechos humanos, por lo que están muy por debajo de los estándares para ser parte de este alto órgano derechos humanos de las Naciones Unidas.

Cuba y Burundi también se presentan para ser miembros, por tres años, del Consejo, a pesar de no cumplir los criterios para formar parte de este organismo. Ambos países han cometido violaciones sistemáticas de derechos humanos, incluyendo acoso, detenciones arbitrarias y torturas contra disidentes y críticos. Las delegaciones de los 193 países de la Asamblea General deberían tener en cuenta el pésimo historial en materia de derechos humanos de estos cuatro países a la hora de participar en la elección con voto secreto en la cual se decidirán 15 puestos del Consejo para el período 2024-2026.

“Cada día, Rusia y China nos recuerdan, a través de sus abusos a escala masiva, que no deberían ser miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU”, afirmó Louis Charbonneau, director para la ONU en Human Rights Watch. “Ningún país del Consejo de Derechos Humanos tiene un historial intachable, pero todos los países miembros de la ONU deberían reconocer que Rusia y China han demostrado un desprecio intolerable a los criterios más básicos para pertenecer al Consejo de Derechos Humanos”.

La Resolución 60/251 de la Asamblea General de la ONU, que creó el Consejo de Derechos Humanos en 2006, insta a los países que votan por los miembros a “tener en cuenta la contribución de los candidatos a la promoción y protección de los derechos humanos”. Además, a los miembros del Consejo se les exige “aplicar las normas más estrictas en la promoción y protección de los derechos humanos” en su país y en el exterior y a “cooperar plenamente con el Consejo”.

Rusia pretende volver al Consejo después de que, en abril de 2022, la Asamblea General votara para suspender al país en respuesta a las atrocidades sistemáticas cometidas contra civiles ucranianos tras la invasión a gran escala a Ucrania ocurrida en febrero de 2022. Luego de que la Asamblea General suspendiera a Rusia, Moscú anunció que se retiraba totalmente del Consejo.

Rusia sigue sin cumplir con los requisitos para ser miembro del Consejo de Derechos Humanos, señaló Human Rights Watch. Las fuerzas rusas en Ucrania siguen cometiendo aparentes crímenes de guerra, incluyendo ataques ilegales y malos tratos a prisioneros, así como crímenes de lesa humanidad, como tortura, ejecuciones sumarias y desapariciones forzadas de civiles.

Las deportaciones ilegales de niños ucranianos por parte de Rusia son motivo de las órdenes de detención de la Corte Penal Internacional contra el presidente Vladimir Putin y su comisionada para los derechos de los niños. El Kremlin también ha intensificado su represión contra la sociedad civil, al presentar cargos penales contra miles de personas que se han manifestado contra la guerra, clausurar grupos de derechos humanos y procesar de manera injustificada a destacados líderes de la oposición.

El historial de China en materia de derechos humanos también debería dejarla por fuera del Consejo de Derechos Humanos. En 2022, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó un informe sobre las violaciones de derechos humanos del gobierno chino contra las comunidades musulmanas túrquicas de Xinjiang, incluyendo persecución cultural y religiosa, separación familiar, detenciones y encarcelamientos arbitrarios masivos, violación, tortura y desaparición forzada. La Alta Comisionada concluyó que los abusos “pueden constituir crímenes internacionales, en particular crímenes de lesa humanidad”.

Ninguna de las listas de los grupos Asia-Pacífico, África, y Europa occidental son competitivas, lo que significa que es probable que todos los candidatos de esas regiones obtengan un asiento en el Consejo. En el grupo de Europa oriental, Albania, Bulgaria y Rusia compiten por dos asientos. En el grupo de América Latina y el Caribe, Cuba, Brasil, República Dominicana y Perú compiten por tres asientos. En Asia-Pacífico, China, Japón, Kuwait e Indonesia optan a cuatro puestos. En África, Burundi, Malawi, Ghana y Costa de Marfil se presentan para los cuatro asientos disponibles, mientras que Francia y Países Bajos aspiran a ocupar los dos puestos disponibles del grupo de Europa occidental y otros Estados.

Los candidatos necesitan una mayoría simple de votos para ser elegidos. Así que, aunque la lista asiática no sea competitiva, los países miembros no deberían votar por China. Sería mejor dejar un puesto vacío y encontrar un candidato adecuado más adelante que dar a un gobierno abusivo, como el de China, la oportunidad de utilizar su pertenencia al Consejo de Derechos Humanos para seguir socavando los mecanismos de derechos humanos de la ONU, señaló Human Rights Watch.

“Todos los grupos regionales de la ONU deberían ofrecer listas competitivas para las elecciones al Consejo de Derechos Humanos, de modo que los Estados miembros puedan rechazar a los gobiernos con un mal historial en materia de derechos humanos”, señaló Charbonneau. “Las votaciones no competitivas de la ONU hacen de la palabra ‘elección’ una burla”.

Con respecto a Cuba, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos informó en 2022 que agentes estatales han llevado a cabo una “sistemática represión” contra manifestantes pacíficos y disidentes, y que el gobierno ha cometido “violaciones masivas, graves y sistemáticas de los derechos humanos”. Los expertos en derechos humanos de la ONU también han informado sobre patrones de detenciones arbitrarias y malos tratos y tortura en Cuba. Organizaciones de derechos humanos han documentado cientos de casos de presos políticos—incluyendo manifestantes, críticos, periodistas, artistas independientes y líderes de la oposición—detenidos por ejercer sus derechos humanos básicos.

Burundi se presenta en la lista de África, sin competencia. En Burundi persisten las graves violaciones de los derechos humanos y la impunidad. Las autoridades burundesas han demostrado su desprecio por el sistema internacional de derechos humanos al negarse a cooperar con el relator especial de la ONU para Burundi. En julio de 2023, la delegación del país abandonó el examen del Comité de Derechos Humanos, que supervisa el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al parecer, en protesta por la presencia de un defensor de derechos humanos burundés que estaba debidamente acreditado.

En relación con otros candidatos, en Perú, el gobierno no ha defendido la independencia judicial ni la separación de poderes frente a recientes embestidas del Congreso y las fuerzas de seguridad hicieron un uso excesivo de la fuerza contra manifestantes a finales de 2022 y principios de 2023, lo que provocó la muerte de 49 personas. En Brasil, la policía mató a más de 6.400 personas—el 83% de ellas negras—en 2022. El gobierno brasileño debería tomar medidas efectivas para poner fin a la violencia policial y a la impunidad de los abusos.

En 2023, República Dominicana envió a decenas de miles de haitianos de regreso a un Haití asolado por la violencia, donde sus vidas corren peligro. En Indonesia, el gobierno debería eliminar las normativas locales discriminatorias, basadas en la sharía e impuestas a las minorías de género, religiosas y sexuales. El gobierno de Malawi ha detenido y reubicado por la fuerza a refugiados y solicitantes de asilo en todo el país.

“Los Estados miembros de la ONU deben señalar al mundo que los peores violadores de los derechos humanos no pertenecen al máximo órgano de derechos humanos de las Naciones Unidas”, declaró Charbonneau. “El hecho de que violadores de derechos humanos logren un puesto, ya sea por falta de competencia o por otros medios, no deberían impedir que el Consejo de Derechos Humanos ponga el foco sobre los abusos de estos gobiernos”.

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