Mientras Andrew esté ausente, diferentes miembros del equipo del Daily Brief tomarán el relevo y le mantendrán informado sobre las últimas noticias en materia de derechos humanos. La edición de hoy corre a cargo de Alice Autin.
Un día de octubre de 2022, Theodore Diontilo dormía en su casa, tras las protestas masivas en Ndjamena, Chad. Entonces los militares irrumpieron en su recinto, lo acusaron de ser miembro de un partido de la oposición y lo detuvieron. Su familia lo buscó durante días, antes de encontrar su cadáver en un depósito de cadáveres local. Aún no saben qué le ocurrió.
Lo que sí sabemos es que la historia de Diontilo es una de las muchas que ocurrieron durante la terrible represión de hace un año en la capital de Chad.
El 20 de octubre, las fuerzas de seguridad chadianas dispararon contra los manifestantes, causando decenas de muertos y heridos. Al igual que a Diontilo, golpearon y persiguieron a la gente hasta sus casas. Los detenidos fueron conducidos a una remota prisión de alta seguridad, Koro Toro. Algunos murieron por el camino; los que lo lograron vivir sufrieron malos tratos y fueron liberados o indultados al cabo de meses.
El balance total de la violencia de lo que ahora se conoce como "Jueves Negro" (Jeudi Noir) sigue sin conocerse. Lo que está claro es que esta violencia fue desproporcionada e injustificada.
Sin embargo, un año después, las víctimas siguen esperando que se haga justicia por lo ocurrido. Las autoridades chadianas no han llevado a cabo investigaciones penales rápidas, efectivas e independientes sobre estas graves violaciones.
En cambio, las autoridades militares chadianas siguen cerrando el espacio político y limitando la disidencia. Decenas de miembros de la oposición han sido detenidos en las últimas dos semanas, cuando el país se dispone a votar en un importante referéndum constitucional en los próximos meses.
Las autoridades chadianas se encuentran en una encrucijada. Y como dice mi colega Carine Kaneza Nantulya, un año después, Chad debe elegir el camino del respeto de los derechos fundamentales y la justicia. Todo empieza por esclarecer lo sucedido el "jueves negro" de octubre de 2022, procesar a los responsables de los abusos, dejar hablar a los miembros de los partidos de la oposición y a los manifestantes, y garantizar que los chadianos puedan y se les permita escucharles.
