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¿Quién quiere vivir en un país donde te dejan ver que: "aquí no atendemos a gente como tú"?

Daily Brief del 3 de julio 2023

Una persona protesta ante el Tribunal Supremo en espera de la decisión en el caso 303 Creative contra Elenis, en Washington, DC, el 30 de junio de 2023. © 2023 AP Photo/Mariam Zuhaib

Leer la versión en inglés del Daily Brief de Andrew Stroehlein.

"Me niego a diseñar tu página web, porque eres gay".

"No vamos a cortarte el pelo en este salón, porque eres viejo".

"Nuestra empresa de eventos no organizará su fiesta de aniversario, porque usted es negro".

¿Es este el tipo de sociedad en la que queremos vivir?

Lamentablemente, parece ser el tipo de sociedad que quiere crear el Tribunal Supremo de Estados Unidos.

La semana pasada, el Tribunal decidió que las leyes de antidiscriminación no pueden aplicarse a las empresas que ofrecen productos y servicios que impliquen carácter expresivo. El caso, 303 Creative contra Elenis, involucraba a un diseñador de páginas web que quería hacer webs de bodas, pero no para parejas del mismo sexo. La ley en cuestión era una ley del estado norteamericano de Colorado que prohibía la discriminación basada en la orientación sexual.

El Tribunal dictaminó que, al tratarse de una conducta de expresión, se trataba de un discurso protegido y no podía aplicársele la ley contra la discriminación.

Si algún lector está pensando: "bueno, yo no soy gay y no necesito un sitio web, así que nada de esto me afecta", piénselo de nuevo. (Y quizá también repasen la famosa frase del pastor Martin Niemöller.) La decisión debilita significativamente las leyes que protegen a las personas LGBT ante la discriminación, evidentemente, pero va mucho más allá.

El alcance de esta decisión es enorme, al menos por dos razones. Abre las puertas a que muchas empresas discriminen a las personas por múltiples motivos.

En primer lugar, el Tribunal ofreció poca orientación sobre lo que constituyen los bienes y servicios expresivos, dejándolo abierto a la interpretación de los tribunales inferiores. Muchos negocios abiertos al público ofrecen productos que implican creatividad expresiva. Piense en floristerías, peluquerías, salones de belleza, tiendas de copias, fotógrafos, empresas de catering, diseñadores, talleres de coches... La lista es infinita.

Todos estos negocios y muchos otros podrían reclamar ahora que ellos tampoco tienen que cumplir las leyes contra la discriminación.

En segundo lugar, las leyes que prohíben la discriminación basada en la orientación sexual suelen prohibir también la discriminación basada en la raza, el sexo, la nacionalidad, la discapacidad, la edad, la identidad de género y otras de las llamadas "clases protegidas". El Tribunal no indicó que éstas fueran tratadas de forma diferente.

En resumen, el Tribunal desarraigó décadas de consenso jurídico en el sentido de que se podía exigir a los negocios abiertos al público que cumplieran las leyes contra la discriminación.

Con su empoderamiento del odio, el Tribunal Supremo parece no estar a la altura de la mayoría de la gente de EE UU.

Poca gente quiere vivir en un país donde te dejen ver que: "aquí no atendemos gente como tú", y los que lo hacen cambian rápidamente de opinión en cuanto se dan cuenta de que "gente como tú" también puede significar gente como ellos.

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